El Mago (cuento de misterio)
Era de noche en el panteón. Una lluvia pertinaz caía sobre aquel hombre solitario que cabizbajo contemplaba la tumba de su hijo. Acababa de enterrarlo y se había quedado solo, contemplando fijamente la tumba y con lágrimas en los ojos. Eran ya casi las 9 de noche.
No se dio cuenta cuando el cuidador del cementerio se acercaba a avisarle que debía retirarse, pues estaban por cerrar….
- Disculpe señor…debe retirarse, pues ya es hora de cerrar….
- Está bien…ya casi me voy… –Contestó el hombre-
- ¿Era algo suyo el difunto? –preguntó el cuidador-
- Sí, era mi hijo….
- Lo lamento señor…¿murió muy joven?
- 18 años….
- Qué lástima….¿murió en algún accidente?
- Podría decirse que sí –le dijo el hombre- Tal vez yo tuve la culpa…
Intrigado por la repentina serenidad con que contestaba aquel hombre, se atrevió a preguntar un poco más.
- ¿Por qué dice eso? No se culpe, son cosas que pasan…
- Le contaré brevemente lo que ocurrió – le dijo el hombre- ¿Tenemos tiempo para una pequeña confesión?
- Creo que sí –contestó el cuidador mientras un escalofrío le recorría el espinazo-
El hombre inició el relato:
Pues bien amigo, esto comienza desde que mi hijo nació. Mi esposa y yo estábamos felices con nuestro bebé e incluso planeábamos tener otro, aunque yo le pedí a mi esposa que esperáramos un poco más para gozar plenamente a nuestro hijo Ken…
Cuando apenas tenía 2 años empezamos a notar algo extraño…De repente veíamos a Ken jugando con objetos que habíamos colocado fuera de su alcance, como por ejemplo, en estantes altos que no podía alcanzar. Al principio pensábamos que por descuido no lo habíamos colocado realmente fuera de su alcance, pero llegó el momento en que prácticamente no podíamos poner nada en ningún lado que él no pudiera tomar…
Una vez contratamos una niñera para que lo cuidara, ya que debíamos asistir a una cena que ofrecía la empresa para la que trabajaba. Nos fuimos confiados en que a nuestro regreso todo estaría bien.
Cuando volvimos a casa, grade fue nuestra sorpresa al entrar y notar que la niñera no estaba. Nos precipitamos al cuarto de nuestro hijo y lo encontramos durmiendo plácidamente….
Llamamos a la niñera para reclamarle por su conducta irresponsable, pero al contestarnos en su casa nos dijeron que estaba en el hospital, víctima de una crisis de nervios…
Al día siguiente tratamos de olvidar el asunto, pero a medida que Ken crecía notábamos que pasaban cosas más extrañas.
En una ocasión uno de nuestro vecinos fue a reclamarnos que su pequeño hijo de 7 años (Ken entonces tenía 6) tuvo una crisis de asfixia de la que afortunadamente pudieron recatarlo en el Hospital, y todo esto, según el niño relató, debido a que había comprado una bolsita de cacahuates y Ken le había pedido un poco. Como el otro niño se negara a compartir con Ken, éste simplemente le dijo : ¡Pues ahógate con ellos!...Y en ese preciso instante se atragantó con los cacahuates que ya tenía en la boca….
En los días subsecuentes notamos que los niños de su edad, hijos de los vecinos, no querían jugar con él, y que antes bien, lo evitaban y huían cuando el salía al parque a jugar.
También notamos que Ken llegaba del parque con juguetes que según decía, los demás niños le regalaban por su gusto. En una ocasión llegó con un Ipod y pensamos que era demasiado. Fuimos a la casa del vecinito para regresárselo pero el niño se negó a salir y gritaba que se lo dejáramos, que él se lo había dado….
Cuando Ken tuvo 10 años, decidí que era hora de hablar seriamente con él. Lo busqué en su cuarto y le dije:
- Ken, debemos hablar…
- ¿De que quieres hablar papi?
- Es acerca de ese…poder que tienes…
- ¿Cuál? ¿El que uso para obtener lo que quiero?
- Sí, de ése…Mira, tú eres el único niño que lo tiene, y no es justo que lo uses para abusar de los demás. Por otro lado, alguna vez vas a lastimar seriamente a alguien…Sería mejor no usarlo…¿Me entiendes?
- Está bien papi, no lo usaré más, a menos que alguien me moleste…
- No hijo, aunque eso ocurra debes evitar usarlo, y menos si estás enojado…eres chico y no comprendes que un poder como el tuyo es bueno y malo a la vez. Tal vez cuando seas mayor lo entiendas mejor, pero por el momento debes prometerme que no lo volverás a usar…
- Está bien papi, no lo usaré más…
Ingenuamente creí que efectivamente evitaría usarlo, pero no…a medida que crecía se veía cada vez más ambicioso, y usaba su poder para cumplir casi todos sus caprichos. El colmo llegó cuando siendo un joven de 16 años se enamoró de una chica que tenía novio…Como no estaba de acuerdo en no ser correspondido por la chica debido a que ella estaba enamorada de otro joven, simplemente lo quitó del camino….
Nunca fue culpado de nada…los doctores nunca se pusieron de acuerdo con la causa de la muerte del muchacho…Unos dijeron que un ataque al corazón, otros que asfixia, en fin…Pero yo sabía que había sido él…
Cuando tenía 17 años era demasiado rebelde y soberbio, pero aún nos respetaba como padres.
Una vez que llegué del trabajo me encontré con que mi esposa se había ido…en una carta me explicaba que había tenido un altercado con Ken y que éste estuvo a punto de asfixiarla con sólo concentrarse y mirarla con esa mirada que ya conocíamos…Solamente por un milagro Ken no la había matado. Clara, mi esposa, simplemente no soportó más la situación y nos abandonó…
Traté de criar solo a Ken y de orientarlo, pero fue imposible. A medida que los días pasaban era más y más rebelde. Yo temía por él y por el rumbo que tomaría.
Un día antes de su cumpleaños 18 años decidí intentar razonar con él por última vez. Fui a su habitación y le dije:
- Ken, mira lo que nos has hecho…Tu madre nos abandonó…los chicos de tu edad te evitan…prometiste no usar tu poder y no lo has cumplido…
- ¡Déjame en paz! ¡Odio tus sermones!
- Ken, entiende…yo solo busco tu bien…
- ¡No! Lo que tienes es envidia porque puedo obtener lo que yo quiera y tú no…
- No es eso hijo…
- ¡Ya estoy cansado de tu estúpida actitud! Si me hubieras apoyado hoy podríamos ser ricos, y tendríamos todo lo que pudiéramos desear…¡Creo que he perdido mi tiempo escuchando tus estúpidos consejos y tus tontas versiones de los valores y toda esa basura! Pero ¿sabes qué? ¡Se acabó! ¡No más consejos!
- Hijo, entiende por favor…
- ¡No! En este momento me largo de la casa y haré lo que quiera con mi vida y con mi poder…
Al decir esto, Ken su puso de pie y se dirigió a la puerta…Me adelanté a me coloqué entre él y esa salida que tanto anhelaba….
- Padre, por favor hazte a un lado…déjame pasar –me dijo-
- Lo siento hijo, no puedo permitirte que te vayas….
- ¿Tú me lo vas a impedir? ¡No me hagas reír! Quítate, o si no…
- ¿O si no, qué?
- Padre, no me obligues….
- ¿Qué vas a hacer? ¿Hasta dónde piensas llegar, hijo?
Fue entonces que empecé a sentir que algo comenzaba a obstruir mi respiración. Era como si alguien me estuviese apretando el cuello poco a poco…Ken me miraba fijamente con un esbozo cruel de sonrisa, casi imperceptible. Tenía esa mirada que ya conocía…
- Ken, por favor…-pude balbucear con dificultad, mientras trataba desesperadamente de tomar aire-
Pero Ken se limitaba a mirarme fijamente. La sensación de ahogo y la sensación de opresión en mi garganta aumentaba al grado que ya no podía casi respirar…fue cuando me di cuenta que no se detendría…que todo iba a acabar ahí.
Le dirigí una mirada suplicante con mi último aliento, pero fue en vano…fue cuando no pude resistir más y tuve que fijar mi mirada en sus fríos ojos…Ken poco a poco empezó a abrirlos más con visible asombro y empezó a temblar, al tiempo que se llevaba desesperadamente las manos a su cuello…Comenzó a retroceder con la mirada francamente aterrada, al tiempo que emitía unos gruñidos horribles y empezaba a ponerse morado…La sensación de opresión en mi cuello comenzó a desaparecer…Yo lo miraba fijamente con lágrimas en los ojos, mientras Ken caía de rodillas, agarrando su cuello y tratando de jalar aire….Su mirada ahora era suplicante y desesperada….yo sabía que no podía, que no debía detenerme…mantuve mi mirada sobre él hasta que cayó hacia atrás pataleando desesperadamente…No sé cuánto tiempo pasó…pero mantuve mi mirada sobre él hasta que dejó de moverse….
Cuando estuvo inmóvil sentí una sensación de relajamiento que bajaba lentamente desde mi rostro hacia mi cuello, hombros y tórax….Las lágrimas escurrían de mis ojos y sollozaba quedamente….
Ken nunca quiso entenderlo…ni siquiera sabía que si tenía ese poder, no era cuestión de suerte, sino que lo había heredado…de mí.
El hombre terminó su relato con una voz casi inaudible…y se marchó lentamente del cementerio…..El asombrado cuidador del cementerio solo atinaba seguirlo con la mirada, mientras la silueta del hombre se iba perdiendo poco a poco al internarse en la oscuridad de la noche….
No se dio cuenta cuando el cuidador del cementerio se acercaba a avisarle que debía retirarse, pues estaban por cerrar….
- Disculpe señor…debe retirarse, pues ya es hora de cerrar….
- Está bien…ya casi me voy… –Contestó el hombre-
- ¿Era algo suyo el difunto? –preguntó el cuidador-
- Sí, era mi hijo….
- Lo lamento señor…¿murió muy joven?
- 18 años….
- Qué lástima….¿murió en algún accidente?
- Podría decirse que sí –le dijo el hombre- Tal vez yo tuve la culpa…
Intrigado por la repentina serenidad con que contestaba aquel hombre, se atrevió a preguntar un poco más.
- ¿Por qué dice eso? No se culpe, son cosas que pasan…
- Le contaré brevemente lo que ocurrió – le dijo el hombre- ¿Tenemos tiempo para una pequeña confesión?
- Creo que sí –contestó el cuidador mientras un escalofrío le recorría el espinazo-
El hombre inició el relato:
Pues bien amigo, esto comienza desde que mi hijo nació. Mi esposa y yo estábamos felices con nuestro bebé e incluso planeábamos tener otro, aunque yo le pedí a mi esposa que esperáramos un poco más para gozar plenamente a nuestro hijo Ken…
Cuando apenas tenía 2 años empezamos a notar algo extraño…De repente veíamos a Ken jugando con objetos que habíamos colocado fuera de su alcance, como por ejemplo, en estantes altos que no podía alcanzar. Al principio pensábamos que por descuido no lo habíamos colocado realmente fuera de su alcance, pero llegó el momento en que prácticamente no podíamos poner nada en ningún lado que él no pudiera tomar…
Una vez contratamos una niñera para que lo cuidara, ya que debíamos asistir a una cena que ofrecía la empresa para la que trabajaba. Nos fuimos confiados en que a nuestro regreso todo estaría bien.
Cuando volvimos a casa, grade fue nuestra sorpresa al entrar y notar que la niñera no estaba. Nos precipitamos al cuarto de nuestro hijo y lo encontramos durmiendo plácidamente….
Llamamos a la niñera para reclamarle por su conducta irresponsable, pero al contestarnos en su casa nos dijeron que estaba en el hospital, víctima de una crisis de nervios…
Al día siguiente tratamos de olvidar el asunto, pero a medida que Ken crecía notábamos que pasaban cosas más extrañas.
En una ocasión uno de nuestro vecinos fue a reclamarnos que su pequeño hijo de 7 años (Ken entonces tenía 6) tuvo una crisis de asfixia de la que afortunadamente pudieron recatarlo en el Hospital, y todo esto, según el niño relató, debido a que había comprado una bolsita de cacahuates y Ken le había pedido un poco. Como el otro niño se negara a compartir con Ken, éste simplemente le dijo : ¡Pues ahógate con ellos!...Y en ese preciso instante se atragantó con los cacahuates que ya tenía en la boca….
En los días subsecuentes notamos que los niños de su edad, hijos de los vecinos, no querían jugar con él, y que antes bien, lo evitaban y huían cuando el salía al parque a jugar.
También notamos que Ken llegaba del parque con juguetes que según decía, los demás niños le regalaban por su gusto. En una ocasión llegó con un Ipod y pensamos que era demasiado. Fuimos a la casa del vecinito para regresárselo pero el niño se negó a salir y gritaba que se lo dejáramos, que él se lo había dado….
Cuando Ken tuvo 10 años, decidí que era hora de hablar seriamente con él. Lo busqué en su cuarto y le dije:
- Ken, debemos hablar…
- ¿De que quieres hablar papi?
- Es acerca de ese…poder que tienes…
- ¿Cuál? ¿El que uso para obtener lo que quiero?
- Sí, de ése…Mira, tú eres el único niño que lo tiene, y no es justo que lo uses para abusar de los demás. Por otro lado, alguna vez vas a lastimar seriamente a alguien…Sería mejor no usarlo…¿Me entiendes?
- Está bien papi, no lo usaré más, a menos que alguien me moleste…
- No hijo, aunque eso ocurra debes evitar usarlo, y menos si estás enojado…eres chico y no comprendes que un poder como el tuyo es bueno y malo a la vez. Tal vez cuando seas mayor lo entiendas mejor, pero por el momento debes prometerme que no lo volverás a usar…
- Está bien papi, no lo usaré más…
Ingenuamente creí que efectivamente evitaría usarlo, pero no…a medida que crecía se veía cada vez más ambicioso, y usaba su poder para cumplir casi todos sus caprichos. El colmo llegó cuando siendo un joven de 16 años se enamoró de una chica que tenía novio…Como no estaba de acuerdo en no ser correspondido por la chica debido a que ella estaba enamorada de otro joven, simplemente lo quitó del camino….
Nunca fue culpado de nada…los doctores nunca se pusieron de acuerdo con la causa de la muerte del muchacho…Unos dijeron que un ataque al corazón, otros que asfixia, en fin…Pero yo sabía que había sido él…
Cuando tenía 17 años era demasiado rebelde y soberbio, pero aún nos respetaba como padres.
Una vez que llegué del trabajo me encontré con que mi esposa se había ido…en una carta me explicaba que había tenido un altercado con Ken y que éste estuvo a punto de asfixiarla con sólo concentrarse y mirarla con esa mirada que ya conocíamos…Solamente por un milagro Ken no la había matado. Clara, mi esposa, simplemente no soportó más la situación y nos abandonó…
Traté de criar solo a Ken y de orientarlo, pero fue imposible. A medida que los días pasaban era más y más rebelde. Yo temía por él y por el rumbo que tomaría.
Un día antes de su cumpleaños 18 años decidí intentar razonar con él por última vez. Fui a su habitación y le dije:
- Ken, mira lo que nos has hecho…Tu madre nos abandonó…los chicos de tu edad te evitan…prometiste no usar tu poder y no lo has cumplido…
- ¡Déjame en paz! ¡Odio tus sermones!
- Ken, entiende…yo solo busco tu bien…
- ¡No! Lo que tienes es envidia porque puedo obtener lo que yo quiera y tú no…
- No es eso hijo…
- ¡Ya estoy cansado de tu estúpida actitud! Si me hubieras apoyado hoy podríamos ser ricos, y tendríamos todo lo que pudiéramos desear…¡Creo que he perdido mi tiempo escuchando tus estúpidos consejos y tus tontas versiones de los valores y toda esa basura! Pero ¿sabes qué? ¡Se acabó! ¡No más consejos!
- Hijo, entiende por favor…
- ¡No! En este momento me largo de la casa y haré lo que quiera con mi vida y con mi poder…
Al decir esto, Ken su puso de pie y se dirigió a la puerta…Me adelanté a me coloqué entre él y esa salida que tanto anhelaba….
- Padre, por favor hazte a un lado…déjame pasar –me dijo-
- Lo siento hijo, no puedo permitirte que te vayas….
- ¿Tú me lo vas a impedir? ¡No me hagas reír! Quítate, o si no…
- ¿O si no, qué?
- Padre, no me obligues….
- ¿Qué vas a hacer? ¿Hasta dónde piensas llegar, hijo?
Fue entonces que empecé a sentir que algo comenzaba a obstruir mi respiración. Era como si alguien me estuviese apretando el cuello poco a poco…Ken me miraba fijamente con un esbozo cruel de sonrisa, casi imperceptible. Tenía esa mirada que ya conocía…
- Ken, por favor…-pude balbucear con dificultad, mientras trataba desesperadamente de tomar aire-
Pero Ken se limitaba a mirarme fijamente. La sensación de ahogo y la sensación de opresión en mi garganta aumentaba al grado que ya no podía casi respirar…fue cuando me di cuenta que no se detendría…que todo iba a acabar ahí.
Le dirigí una mirada suplicante con mi último aliento, pero fue en vano…fue cuando no pude resistir más y tuve que fijar mi mirada en sus fríos ojos…Ken poco a poco empezó a abrirlos más con visible asombro y empezó a temblar, al tiempo que se llevaba desesperadamente las manos a su cuello…Comenzó a retroceder con la mirada francamente aterrada, al tiempo que emitía unos gruñidos horribles y empezaba a ponerse morado…La sensación de opresión en mi cuello comenzó a desaparecer…Yo lo miraba fijamente con lágrimas en los ojos, mientras Ken caía de rodillas, agarrando su cuello y tratando de jalar aire….Su mirada ahora era suplicante y desesperada….yo sabía que no podía, que no debía detenerme…mantuve mi mirada sobre él hasta que cayó hacia atrás pataleando desesperadamente…No sé cuánto tiempo pasó…pero mantuve mi mirada sobre él hasta que dejó de moverse….
Cuando estuvo inmóvil sentí una sensación de relajamiento que bajaba lentamente desde mi rostro hacia mi cuello, hombros y tórax….Las lágrimas escurrían de mis ojos y sollozaba quedamente….
Ken nunca quiso entenderlo…ni siquiera sabía que si tenía ese poder, no era cuestión de suerte, sino que lo había heredado…de mí.
El hombre terminó su relato con una voz casi inaudible…y se marchó lentamente del cementerio…..El asombrado cuidador del cementerio solo atinaba seguirlo con la mirada, mientras la silueta del hombre se iba perdiendo poco a poco al internarse en la oscuridad de la noche….
Labels: cuento de misterio, cuento de terror, el mago
posted by mad at 12:29 PM
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